Si usted cree que las arrugas que se forman en sus dedos debajo del agua es una consecuencia sin utilidad ninguna de pasar mucho tiempo en ella, está equivocado. Un grupo de investigadores explica que se trata de una respuesta del sistema nervioso simpático sanguíneo que contrae los vasos sanguíneos cuando los dedos entran en contacto con el líquido y permiten agarrar mejor los objetos mojados que se encuentran bajo el agua.
Una de las preguntas que quedan, sin embargo, sin contestar es la de por qué no tenemos los dedos arrugados todo el tiempo, incluso cuando no se encuentran en el agua. Nuestras primeras teorías apuntan a que esto podría disminuir la sensibilidad en las yemas de nuestros dedos o incluso aumentar el riesgo de daño al coger objetos.
Más información sobre la noticia consultar en: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/09/actualidad/1357739648_782637.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario