Los trastornos del sueño afectan a entre un 10 a 15% de los adultos; la mayoría de ellos necesitan tratamiento para dormir pero, una gran parte de los medicamentos que se emplean para combatir los problemas del sueño, como el insomnio, suelen tener efectos secundarios que provocan alteración de la capacidad cognitiva, pérdida transitoria de memoria o de atención, malestar general, etc. Por eso, desde hace tiempo se trabaja en nuevos fármacos, con otros mecanismos de acción, que esquiven los desagradables efectos secundarios.Pero ahora, parece que al menos ya hay algún candidato eficaz. Se trata, explica Jason Uslaner, de un fármaco promotor del sueño, denominado llamado DORA-22, que parece menos propenso a afectar la función cerebral.
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