"LOS PECES EUROPEOS SE 'VUELVEN LOCOS' CON LOS ANSIOLÍTICOS QUE ECHAMOS A LOS RÍOS"

Los fármacos que acaban en las cañerías, ya sea a través de la orina o porque se desechan por la taza del váter, podrían convertirse en un grave e inesperado problema ecológico. De acuerdo con una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Umea (Suecia), a pesar de ser tratadas en plantas de depuración estas aguas fecales cargadas con todo tipo de fármacos alteran gravemente el comportamiento de la fauna fluvial que habita los cauces europeos.
En concreto, se centra en los efectos de un conocido ansiolítico llamado Oxazepam sobre una especie de perca europea ('Perca fluviatilis'). Y según los resultados obtenidos, la exposición a los niveles reales de este ansiolítico detectados en los ríos de Suecia hace que los peces coman más rápido, se vuelvan más intrépidos y tengan un comportamiento menos social.

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