El francés Serge Haroche y el estadounidense David J. Wineland fueron galardonados ayer con el Nobel de Física por inventar y desarrollar métodos para medir y manipular partículas individualesconservando su naturaleza cuántica, algo que antes se consideraba imposible.
Con sus investigaciones, los premiados han abierto la puerta a una nueva era de experimentación en física cuántica que permite la observación directa de las partículas cuánticas individuales sin destruirlas. Sus métodos para conseguirlo tienen mucho en común. Wineland atrapa átomos eléctricamente cargados (iones) y los controla y mide empleando luz (fotones); y Haoche controla y mide fotones (partículas de luz) usando átomos que envía a través de una especie de trampa. En ambos casos, los premiados trabajan en óptica cuántica, es decir, estudiando las interacciones fundamentales entre la luz y la materia.
"Quizás en algún momento de este siglo la computación cuántica cambiará nuestra vida cotidiana del mismo modo radical que lo hizo el ordenador ‘clásico’ el siglo pasado”, sugieren desde la Academia Sueca de Ciencias, que ha concedido el galardón. Los avances de estos dos físicos también están permitiendo desarrollar relojes extremadamente precisos que podrían servir de referencia para crear un nuevo estándar de medición del tiempo, ya que su precisión es cien veces superior a la de los actuales relojes de cesio.
Serge Haroche - David J. Wineland |
Con sus investigaciones, los premiados han abierto la puerta a una nueva era de experimentación en física cuántica que permite la observación directa de las partículas cuánticas individuales sin destruirlas. Sus métodos para conseguirlo tienen mucho en común. Wineland atrapa átomos eléctricamente cargados (iones) y los controla y mide empleando luz (fotones); y Haoche controla y mide fotones (partículas de luz) usando átomos que envía a través de una especie de trampa. En ambos casos, los premiados trabajan en óptica cuántica, es decir, estudiando las interacciones fundamentales entre la luz y la materia.
"Quizás en algún momento de este siglo la computación cuántica cambiará nuestra vida cotidiana del mismo modo radical que lo hizo el ordenador ‘clásico’ el siglo pasado”, sugieren desde la Academia Sueca de Ciencias, que ha concedido el galardón. Los avances de estos dos físicos también están permitiendo desarrollar relojes extremadamente precisos que podrían servir de referencia para crear un nuevo estándar de medición del tiempo, ya que su precisión es cien veces superior a la de los actuales relojes de cesio.
Más información sobre la noticia consultar en: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/09/ciencia/1349770771.html
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